TÉCNICA DE COLOCACIÓN DE VENDA ELÁSTICA
Angiólogo Enrique Santillán Aguayo
Angiólogo Enrique Santillán Aguayo
✅ Descripción completa de la técnica de colocación de venda elástica.
El miembro pélvico se posiciona con la rodilla flexionada y el talón apoyado sobre una superficie rígida, utilizando una venda elastomédica de la marca “Le Roy” de 10 cm.
La enseñanza en los pacientes y familiares inicia incluso en la forma correcta de sostener y manipular la venda para asegurar siempre la máxima tracción, a través de movimientos simétricos que permitan ejercer una compresión uniforme sobre los tejidos, evitando lastimar la piel sana.
El vendaje debe iniciar desde la base de los ortejos (dedos de los pies) y continuar en sentido caudocefálico (de abajo hacia arriba), intentando evitar en lo posible retrocesos de la venda en el pie (situación contraria en la pantorrilla). Se sujeta con la mano dominante del colocador, con el rollo hacia arriba y hacia la derecha (en el caso de un colocador diestro), la lengüeta hacia abajo y hacia la izquierda, lo que permitirá sostener por el cuerpo de la venda con la mano dominante y controlar progresivamente la colocación con la mano contralateral, evitando se deslice sobre nuestras palmas.
Mantener una tensión uniforme es primordial, ya que de lo contrario, si el primer giro pierde tensión, lo hará a su vez el resto de la venda, por lo que, se entrena al cuidador primario para sostener inicialmente sobre el dorso del pie el borde de la venda con los 1ro y 2do dedos de la mano izquierda (derecha en un colocador zurdo), formando los dedos una C perfecta (mientras que en el borde de la venda, por la tracción se debiera apreciar una suave C invertida de las fibras del tejido con relación al ángulo de nuestros dedos en forma de C, formando así un círculo, C por los dedos de la mano y del otro lado la venda pandeada). El cuerpo de la venda se controla con la mano derecha, mientras que los 3ro a 5to dedos de la mano izquierda sostienen la parte posterior del pie dando soporte (en la planta), para que el 1ro y 2do dedos al fijar la venda en la cara anterior (dorso), permitan la tracción máxima.
La tracción debe realizarse lejos de la piel del paciente, y así evitar lesión por fricción, para posteriormente bajar, girar sobre la planta y finalmente comprimir al completar el giro. La tensión constante de la venda también evita que durante la colocación, ésta se deslice sobre el dorso del pie en el eje del rollo del cuerpo de la venda, ya que usualmente los movimientos repetidos de ese tipo condicionarán una presión poco uniforme.
Una vez generada la primera parte del primer giro y sin retirar los dedos del dorso, se recibe el cuerpo de la venda con los 3er a 5to dedos de la mano izquierda colocados en la planta (recordemos en un colocador diestro), que permita la liberación de la mano derecha para cambiar el 1ro y 2do dedos de la mano izquierda por los de la mano derecha (en la misma posición pero en el sentido contrario), para posteriormente sostener esta vez con la mano izquierda el cuerpo del rollo y poder terminar el primer giro, momento en el cual se sugiere realizar una tracción perpendicular a la planta hacia la izquierda, por posible aflojamiento durante el primer giro.
Una vez completado el primer giro, se puede observar que la venda a la máxima tracción genera una presión de forma uniforme provocando una compresión extrínseca y circunferencial que incluso definirá la figura del pie. La continuación de la técnica de colocación del vendaje dependerá de las características anatómicas de cada paciente, así como de la laxitud muscular y de tegumentos. Como norma general, se realizó sin perder la tensión 2 giros sobre el dorso del pie, un 3er giro involucrando el talón y tobillo, dejando el talón descubierto en mayor o menor medida (según la longitud y tamaño del pie), para que con un cuarto giro y en dirección descendente (el único movimiento descendente en el pie) cubra y ancle perfectamente el talón para dar mayor soporte y presión durante la ambulación, disminuyendo la probabilidad de que el vendaje pierda fuerza al soltarse en el tobillo. La técnica busca dar libertad al movimiento de la articulación tibioastragalina, por lo que, la venda no debe cruzar paramaleolar (a la altura de los tobillos) en más de una ocasión.
Completado el cuarto giro podremos observar que se forma un triángulo en el maléolo externo (el huesito de afuera del pie) de diversas formas (escaleno, isósceles, equilátero), que nos servirá como marcador, ya que el siguiente giro se debe realizar por encima de dicho marcador, y posteriormente ir realizando trayectos ascendentes y descendientes, de tal forma que formen un ángulo en el punto de cruce inferior menor a 60º (V invertida). Los giros ascendentes deben estar planeados para dejar espacios abiertos que serán cubiertos al descender, lo que implicará que cada uno de los giros pasará varias veces en el mismo sitio, estimulando la uniformidad de la presión, y proporcionando la característica multicomponente de la técnica; la cual denominamos en V invertida, por la V que se forma en la espinilla.
En la pantorrilla, para que la distribución ascendente y descendente forme V invertidas al centro con un ángulo menor a 60 º, se requiere que los movimientos ascendentes sean amplios, hasta llegar al borde inferior de la tuberosidad pretibial (abajito de la rodilla), mismos que descubren islas de piel que serán cubiertas en los movimientos descendentes, el resto del tejido (de la venda) faltante se irá distribuyendo en la pantorrilla con uniformidad de forma espiral, como la técnica estándar.
En la parte posterior del tobillo suele quedar descubierto durante el movimiento, con la intención de darle libertad a la articulación al momento de caminar.
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